viernes, 30 de mayo de 2008

Esa bronca... que tengo cuando no me entienden que digo blanco y entienden gris. Ese sentimiento extraño que se crea en ambientes extraños... esa diversión que añoramos cuando el tiempo no pasa. Esas miradas que esquivamos y no sabemos por qué hay cosas que tienen que ser como son...

Esa sensación embriagante que da ese paisaje que buscamos en todas partes.
¿Sabes cómo funciona? Es encontrar en cualquier parte del mundo un sitio como este.. Es encontrar tú lugar en el mundo... ese lugar está al lado de alguien, o de varias personas. Está... esperando. Hay varias puertas para entrar... Creo que desde chica me sentaba a ver los altos carolinos en la casa de mi abuela. Desde la galería de la casa se veía esta fila interminable de hermosos y antiguos árboles. Verlos alcanzaba para sentirme bien. Encontré en otro lugar una hilera igual de árboles... sino son los árboles... sino es el cielo del día dónde me senté a mirarlos... ¿Qué es lo que busco cuando siento esa tranquilidad? Probablemente sea algo que descubra con el pasar del tiempo, cuando sepa que hay muchas hileras de árboles en el mundo, esperando para ser refugio. Una hoja de cinco puntas, hay por todos lados... como las estrellas que adornan el cielo.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Boceto de discusión

Si tuviera que echarte en cara los meses pasados, no tendría elementos. Porque no me has conocido, ni lo he hecho yo.
Si tuviera que pedirte explicaciones sobre lo que has hecho, no podría hacerlo, porque nunca me debiste una explicación.
Si tuviera que pedirte favores, no debería intentarlo, porque todo me lo has dado.
Si quisiera saber algo... no te lo preguntaría... porque probablemente no querría escucharlo.
Y volveríamos a lo mismo de siempre... ese momento andante, esa sonrisa estirada.... esos ojos contentos... esa charla que no termina... y allí... la duda.
Ese interrogante... ¿de dónde vino? ¿Hasta cuándo estará allí? Y para colmo nos llevamos bien...
Entiéndeme... ¿Qué hago con un millar de palabras que no puedo decir? Las guardaré en una carta, dentro de un sobre, quizás hasta la selle... pero no la enviaré a ningún lado, porque lamentablemente me cuentas todo.

martes, 20 de mayo de 2008

A ellos que llegan y se van

... pero no regresan como si no hubiesen venido

Hace rato que espero que pasen las horas... y me pregunto si realmente quiero dejarlas pasar... Pero ya pasaron los días necesarios y sigo en la misma de ayer.

Fué - como siempre - a alimentar las palomas a la plaza... caminó como siempre junto a las siete ventanas de la cuadra azul. Bailó como todos los jueves bordeando la fuente de agua... y la llevó consigo de la mano... su pequeña mano entre sus manos. Ella saltaba y corría jugando a ganarle una carrera que jamás entablarían. La otra volaba en sus brazos, como el avión que te hacen cuando tienes cinco años... y aquél no dejó de llorar sabiendo que era el día que empezaría a esperar. Y yo lo acurruqué junto a mí y le dije: "Pequeño, ven que jugaremos juntos a esperar"..


El ritmo de la casa no cesó, es un vals que nunca acaba... la casa es una casa llena de manos laboriosas, de sonrisas claras.

Me senté quinientas veces sobre el banco. Charlé cientos de cosas con las que allí se sentaban. Como siempre, esperaba que aparezca en aquella entrada ese aplomo incomparable.... pero no llegabas.

Pasaron las horas cada vez más lentas y las cuatro puertas de la galería estaban recogiendo el aire que sobraba en el jardín... las ollas tarareaban un canto metálico en las piletas de lavar... los pies saltaban inquietos mientras los cabellos se iban peinando en trenzas y colitas... cuando tu sonrisa asomó por aquella bendita entrada. Nadie te hizo ver que ya era hora... todo continuó como si nada... todo continuó porque eras parte del baile... todo continuó como siempre, porque nunca se había detenido nada como ayer cuando dijiste que partías.

Y ahora estábamos completos... con sólo una duda en el estómago... esa duda que persiste cuando acabas por querer al que trabaja por la vida...Ignoramos ese nudo en la garganta... recorrimos muchas veces más la plaza... y ellas bailaron esa danza juguetona... y aquellos recogieron los libritos del patio... y todos juntos caminaron para no alejarse...

Algo dentro nos decía que había que ir con cuidado... y por qué no... convencerte de a poquito... y de a poquito pedirte que te quedes... no te vayas.

Ojalá no se acabara ese llegar campante con el niño de tu mano. Ojalá no acabe la manera en que te ríes... ojalá no acabe ese pedir un plato para alimentar al más bajito... ni eso de sentar en tu regazo al que está más solo, sólo para hacerlo dormir...

Ojalá sigan siendo ustedes esos médicos alados, que llegan a curar la soledad... lo que no saben curar es la nostalgia que dejan sus lugares vacíos... una ausencia difícil de llenar.

Ojalá... quiere decir ... SI DIOS QUIERE.
.. porque parece que quiso que estuvieran, y sabe que estarán.