martes, 28 de abril de 2009

Quiero cometer el error más grande del mundo...

 Así empieza una canción que me gusta...Y así empieza cualquier cosa que uno empiece... Ayer puse unos cuantos puntos sobre unas cuantas íes...

 Y me miran: creen que me he confundido... pero no, los ubiqué, justito encima de las íes.  Me piden que pronuncie lentamente las palabras... hasta que entienden. Pero entienden, lo que quieren entender. Y así... de a poco... se van convenciendo nuevamente de que escucharon mal.

Escucharon bien: Me voy.

No sigo así l No soy así l No sirve así.

RENUNCIA: (Disculpa y encabezado a priori: avisando que estoy muy segura de que no tengo la habilidad que ellos precisan para la empresa: "decir la verdad con otras palabras" = no decir la verdad). Digo la verdad: NO QUIERO.

 Continúan mirándome incrédulos. Uno se enoja y grita. El otro simplemente se levanta de su silla, camina nerviosamente, junta las manos a la espalda... y con la mirada en el piso hasta me da pena. 

 Miro las escaleras adentro, impacientes porque entre gente... Una nostalgia mezclada con un gusto amargo me recorre la garganta y el recuerdo... No puedo. No soy la indicada. No me llamen escaleras impacientes... no puedo subir ahora. No TENGO que subir ahora.

 Es así... era una gran oportunidad... Pero hay unos ojos grabados en mi alma, que me recuerdan cada día que ese no es mi sitio. Discúlpenme señores empresarios... los tacos de charol... las camisas almidonadas... los pantalones planchados con rayas... no me quedan cómodos. 

 Discúlpenme... sé que trabajé duro, que le puse empeño y hasta me creí que me gustaba... pero lo que me gustaba era coleccionar rostros en el subte, caminar por calles desconocidas, conocer lugares diferentes, caminar horas... encontrar algo que no sabía que tenía... y tomar muchos cafés... el café era la mejor parte... ¡porque el café es algo que me encanta!

 Discúlpenme y lo repito, por hacerles creer, hasta el convencimiento absoluto de que era confiable.... Pues no lo soy... los que tenemos alados los pies no podemos quedarnos quietos por mucho rato. Menos cuando el trabajo se trata de cortar alas a otros.

 ¿No me comprenden?... Con más razón... acérquenme ese papel que firmaré mi renuncia. Hay una fila larga de jóvenes emprendedores que quieren este trabajo... lo que no sé si hay, es entre ellos, alguien tan complicada como yo, alguien que pretenda trasnformar una empresa comercial en un arte del entretenimiento... para hacer reír a los niños tristes.

 Si se sientan nuevamente en las salas, y miran la pantalla... imaginen que las luces se atenúan y las butacas coloradas sostienen sus cuerpos rendidos a la luz de la proyección... entonces... ante sus ojos aparecen algunas imágenes... 

Hay una escena en una película dónde uno de los personajes dice lo siguiente: "Cuando veo llover imagino que la lluvia escribe sobre el suelo miles de frases…siempre distintas porque siempre llueve distinto. 
Y me imagino que puedo pedir un deseo, elegir una de las miles de frases que las nubes escriben en el polvo y que ese deseo se convertirá en realidad..."

Hace unos días, la última  vez que llovió... yo pedí mi deseo... y lamentablemente para ustedes, seme  hizo realidad.

Ayer fue 27 de abril de 2009. Hace 24 años que falleció mi abuelo... el que jugaba a diario con la máquina de fotos. Quizás me dijo en secreto que era hora de tomar otros rumbos... Hay una sóla imagen que conservo de él... la única en la que lo he visto con vida: una filmación que encontré entre latas de 8mm. Él está agitando las manos, dirigiendo al que lleva la filmadora y lo graba... se ríe... alza los brazos... Eso es el cine: algo que te hace sentir bien.

viernes, 3 de abril de 2009

Relato de un relato

Imagen obtenida de: sandwords.blogspot.com
Un cielo azul... tan oscuro que tengo que entornar los ojos para ver la lejanía. Él saca su pipa y me mira concentrado. ¿Qué haces? pregunta. 
Me río. 
-Leo... ¡ésto! ¿Te gusta?... 
-¿Qué es?... 
-¿Un libro?
- Ajá... y, ¿qué dice dentro?
Me encojo de hombros... 
- Déjame ver...
Entonces exhala el humo que chupó y baja la vista... me mira de reojo...
- Pequeño... un día vas a leer todo.

Hace tiempo que vivimos acá. En una pequeña carpa. No es mi padre, pero es igual que si lo fuera. No está siempre conmigo, pero parece que así fuera... Le digo Car. no sé bien como se llama. Y mis amigos dicen que así se dice auto en inglés. En cambio, mi madre... ella si está conmigo, siempre... 
-Jo...
-¿Qué madre?
- Ven... tengo que mostrarte algo...
Me voy hacia el fondo de la carpa. Hacia atrás se despliega el desierto. Inmenso. Mi madre ha tendido una soga de ropa lavada. Tiene el fuentón en sus manos y me mira sonriendo. Estira un brazo y dice...
- ¿Viste las estrellas?
Abro la boca... cada vez más grande. Mis ojos brillan y no puedo hablar. 
Mi madre se acerca me rodea con el brazo los hombros. Con el otro sostiene el fuentón contra su flaca figura. 
- ¿Escuchas la música?
No sé de qué música me habla...
-¿Cuál?
- Escucha Joel... ¿Escuchas?
Cierro los ojos... las estrellas no caben en ellos. Nos quedamos en silencio tomados de la mano. Parece que una carabana no muy lejana está cantando un mantra.
- Puedo escucharla - digo sin abrir los ojos.
- Así es el desierto cariño... está desierto... pero si te pones a escuchar todos los sonidos del mundo llegan. Nunca estarás solo si sabes cerrar los ojos para ver... y callas para escuchar...
Me apego contra su vestido. Mi libro quedó olvidado. Está encima de la estufa casera que construyó Car...
Él me llama. Mi madre me hace señas. Entro de nuevo a la carpa y salgo por la parte delantera.
- ¿Qué ocurre Car?
- Mira Joel... ¿Ves esta parte del libro? 
Lo tomo y le digo, 
-¿qué tiene?
-¿La primera línea qué dice? 
Me siento a su lado cruzado de piernas. Me río cuando sacude mi cabeza y me da una palmada en las mejillas.
- Bueno... - dice mientras se recuesta sobre un almohadón y estira sus brazos para colocarlos tras su cabeza - quiero saber qué ha pasado con esa historia que empezaste a leerme anoche...
- ¿Estás preparado para dormir? - le digo con picardía mientras entono mis primeros vocablos leyendo la lengua que habla mi familia -"Un cielo azul... tan oscuro que tengo que entornar los ojos para ver la lejanía...Él saca su pipa y me mira concentrado. ¿Qué haces? pregunta...