miércoles, 13 de agosto de 2008

Así... sino ¿cómo?



Ella era de contextura pequeña, pero podía hacerse notar por donde quiera que anduviese... Cualquiera sabía que estaba presente si se le ocurría decir algo en medio de un barullo... y sonreía... porque no podían ignorar su pequeña presencia. La gente pensaba que sería por un tiempo, hasta que dejara de ser "la nueva". Pero pasaron los años y así seguía siendo. Sus ojos brillantes y oscuros procuraban verlo todo...


Él en cambio era el de perfil bajo... con la nariz siempre húmeda... las mejillas algo rosadas por el frío... y las manos inquietas, siempre aferradas a una bolsa de juguetes, pequeña, y siempre en su mano. Si él sonreía tenías que devolverle el gesto de inmediato, porque era imposible no hacerlo... sus labios se estiraban y ya no podías ver sus ojos en gesto alegre...


Ese día ella y él, me pidieron un favor, quizás ir hasta allá... hasta allá puede ser un sólo lugar. El sitio que nunca visitas. El que ves por la ventana y no conoces. El que quieres conocer y nadie te lleva... Y así empezaron las preguntas. ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde?...


Nunca sabes cuándo... ni cómo... ni dónde... estarás enseñándole a un niño a ser un buen niño... por eso actúa siempre, como si estuviéras educándole, que el no dejará de aprender de tí nunca.

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