martes, 20 de mayo de 2008

A ellos que llegan y se van

... pero no regresan como si no hubiesen venido

Hace rato que espero que pasen las horas... y me pregunto si realmente quiero dejarlas pasar... Pero ya pasaron los días necesarios y sigo en la misma de ayer.

Fué - como siempre - a alimentar las palomas a la plaza... caminó como siempre junto a las siete ventanas de la cuadra azul. Bailó como todos los jueves bordeando la fuente de agua... y la llevó consigo de la mano... su pequeña mano entre sus manos. Ella saltaba y corría jugando a ganarle una carrera que jamás entablarían. La otra volaba en sus brazos, como el avión que te hacen cuando tienes cinco años... y aquél no dejó de llorar sabiendo que era el día que empezaría a esperar. Y yo lo acurruqué junto a mí y le dije: "Pequeño, ven que jugaremos juntos a esperar"..


El ritmo de la casa no cesó, es un vals que nunca acaba... la casa es una casa llena de manos laboriosas, de sonrisas claras.

Me senté quinientas veces sobre el banco. Charlé cientos de cosas con las que allí se sentaban. Como siempre, esperaba que aparezca en aquella entrada ese aplomo incomparable.... pero no llegabas.

Pasaron las horas cada vez más lentas y las cuatro puertas de la galería estaban recogiendo el aire que sobraba en el jardín... las ollas tarareaban un canto metálico en las piletas de lavar... los pies saltaban inquietos mientras los cabellos se iban peinando en trenzas y colitas... cuando tu sonrisa asomó por aquella bendita entrada. Nadie te hizo ver que ya era hora... todo continuó como si nada... todo continuó porque eras parte del baile... todo continuó como siempre, porque nunca se había detenido nada como ayer cuando dijiste que partías.

Y ahora estábamos completos... con sólo una duda en el estómago... esa duda que persiste cuando acabas por querer al que trabaja por la vida...Ignoramos ese nudo en la garganta... recorrimos muchas veces más la plaza... y ellas bailaron esa danza juguetona... y aquellos recogieron los libritos del patio... y todos juntos caminaron para no alejarse...

Algo dentro nos decía que había que ir con cuidado... y por qué no... convencerte de a poquito... y de a poquito pedirte que te quedes... no te vayas.

Ojalá no se acabara ese llegar campante con el niño de tu mano. Ojalá no acabe la manera en que te ríes... ojalá no acabe ese pedir un plato para alimentar al más bajito... ni eso de sentar en tu regazo al que está más solo, sólo para hacerlo dormir...

Ojalá sigan siendo ustedes esos médicos alados, que llegan a curar la soledad... lo que no saben curar es la nostalgia que dejan sus lugares vacíos... una ausencia difícil de llenar.

Ojalá... quiere decir ... SI DIOS QUIERE.
.. porque parece que quiso que estuvieran, y sabe que estarán.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hace tiempo me ronda un pensamiento en la cabeza... ¿no será que "lo que Dios quiere" es lo mismo que nosotros, aquello que nos hace felices y nos enriquece?... ¿y no será también que nosotros, los hombres, por las dudas optamos por esperar que Dios quiera en lugar de hacernos cargo, tomar las riendas, arriesgarnos y sentir?... son cosas que pienso, me pregunto, y me siguen rondando... elijo creer que Dios quiere que querramos...al menos eso me alienta, me da fuerzas y me sirve para salir todos los días a comerme la vida, con el gusto que toque, pero siempre sabrosa y gustosa...

Anónimo dijo...

Si uno está atento, es simple descubrir qué es lo que hay que tener para ser feliz... sólamente una sonrisa.
Las sonrisas se consiguen muy fácilmente, sólo que nosotros mismos nos la complicamos demasiado.
Estar en el lugar justo, a la hora indicada...con la persona indicada, diciendo lo que hay que decir... eso es difícil de saber cuándo ha de suceder...
Abrir el corazón, no los ojos... es lo más complicado. Pero el alma tiembla y no podemos ignorarla... así dicen los que saben qué gusto tiene la aurora de la compañía grata.

Anónimo dijo...

ahora sí digo "ojalá"... ojalá que Dios siga queriendo que querramos, sonríamos, juguemos, esperemos, compartamos... ojalá los hombres dejemos a Dios que quiera tranquilo.. y ojalá también que cada vez seamos más los que nos animemos a querer con Él...