martes, 9 de septiembre de 2008

Vas a extrañar todo ésto...

¿Pensaste que te quejas de lo que hay hoy... y seguramente en unos años vas a extrañar todo ésto?
Podemos extrañar el ruido de la puerta al abrirse... la forma en que suena el piso cuando saltamos en la galería... la manera en que el viento agita los pastos del terreno solitario... la forma en que el sol entra cada mañana... por cada ventana abierta o cerrada...
El olor al jugo exprimido... y las cáscaras de naranja en la mesada...
Puedes extrañar la mediana estatura de tu hermano... y la pequeña del visitante que juega a las escondidas en tu patio.
Puedes extrañar el eco de los ladridos de los perros de la cuadra... la forma en que surca el césped tu bicicleta... el olor a lluvia... el viento seco en tus cabellos... el color del cielo en las tardes de octubre... las tardes de noviembre... los amaneceres de julio...
El olor de la cena a las 9 de la noche... y el flan de mamá con el caramelo a punto...
La respiración de los niños durmiendo, la luz ténue de madrugada cuando llegas de una salida que terminó al día siguiente de tan linda...
La mañana en que cumples 16...
El viaje en colectivo allá lejos. La llegada, el regreso.
Tu perra jugando en el jardín con esa pelota... y la manera en que tuerce el cogote y te mira paciente... o levanta la pata, o parece que ríe...
Las luces de la ciudad cuando vas a esas fiestas de fin de año... y la cara de papá cuando te cuenta el regalo sorpresa. La manera en que eliges los regalos sin que nadie sepa.
Vas a extrañar todo ésto... por eso... míralos con cariño, a cada espacio, cada lugar dónde estés por más de un minuto... porque tu casa... tus cosas... nada va a seguirte... Y en el recuerdo siempre se guardan esas sensaciones, que de chico uno tiene a cada rato... de que las cosas son eternas...
El perfume de esas flores de la abuela... el balconcito está regado, y es primavera... y no hay tantas primaveras como ésta.
Las hojas desparramadas en el escritorio... los lápices... la goma de borrar gastada... la cortina que flamea...
El ruido del motor del auto... el viaje a Brasil... el amanecer en la ruta... los colores azulados de la mañana... y las miradas radiantes de todos.
El bolso armado junto a la cama... y las pantuflas listas para el desayuno. El ropero acomodado, la cama revuelta... los ojos pintados... la campera nueva... las botas lustradas... los aros... sus sonrisas... las del resto. La vuelta... la llegada... la mirada de esa amiga... la voz callada justo a tiempo.
El abrazo... el silencio... el piso encerado, la pared recién pintada... y esa boca torcida en un dolor que es risa... sabes que todo pasa... y mucho queda por hacer...
Yo sé.Vas a extrañar todo ésto...

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