
Ellos le dieron el trabajo, pero le aclararon que debería esperar... sólo unos minutos para darse cuenta de que no era lo que buscaba.
Se sentó, se puso de pie... volvió a sentarse. Seguirá esperando. Toda la vida si es necesario.
Sólo tendrá que cruzarse de brazos, tocar de vez en cuando en la ventana del frente para pedir pan y agua.
Pero... nació para esperar...
Pobre... nadie le dijo que la espera en la quietud... es igual que nada. Los que saben esperar... no dejan de hacer cosas.
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