domingo, 19 de octubre de 2008

Lo mismo

Sentado en aquel banco... las líneas de la cara remarcan un perfil casi perfecto. Tu nariz recta, tu sonrisa ecléctica... los ojos oscuros fijos en un punto lejano. Entonces tus manos juntas bailando entre tus rodillas. Tu cabeza se agacha de a poco y quedas así... con los codos sobre la falda, tirado hacia adelante, como petrificado, sólo que la respiración que llevas dentro hace que tiemble tu campera.
Junto a vos dos libros y algo que parece tu apunte de carrera. Quieres encender un cigarrillo pero al sacar la caja del bolsillo miras dentro y no queda ni uno.
Tu cuerpo se relaja, estiras las piernas y la cabeza hacia atrás... elevas los brazos y te acomodas en el banco como si fueras a quedarte toda la tarde mirando el cielo.
Te miro y me río. Porque no estoy ahí. Pero estoy segura que vas a pensar en aquellas veces que pensamos que se podía discutir. En aquellas veces que el boceto que esbocé apenas... te gusto apenas.
Y vas a mirar el kiosko allá cercano a la esquina, y vas a dudar en levantarte e ir... pero recordarás que yo decía que era malo. Y no fumarás esa tarde, en la plaza, de verde césped... preferirás quedarte mirando un rato más el cielo.
Quizás te preguntes... eso que me pregunto cada vez que hago lo mismo que haces ahora... Si un día será la misma plaza, el mismo banco, nosotros mismos y el mismo césped... que aunque no estuviera tan verde, será lindo sentarse a mirar el cielo.... igual... y si no está bueno el tiempo, que llueva... que nieve... pero miremos el cielo igual...

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