sábado, 11 de octubre de 2008

Y sí... ¡Tanto!


Y hace tanto...!
Sí, la verdad... cuánto! que esperaba pasar de nuevo por ese banco y encontrar a la mujer de las palomas de Mary Poppins...
Hace cuántos días que vengo escuchando el mismo tema... la misma canción, y no me canso, porque es la que aprendo a interpretar cada vez q la vuelvo a escuchar...
¡Cuánto hace! ¿Cuánto voy a seguir esperando para que los jacarandás lleven sus flores de paseo al verme pasar?
Quizás no tanto... posiblemente no hiciera falta que esperara... pero yo lo quería hacer, y ahora cuando corto por el caminito del arroyo, los aromas se me mezclan en la garganta... perfume a flores de diciembre... olor a Navidad a fin de año... y es que esta vez no vienes. No estarás en la misma ciudad a la misma hora... pero podrás brindar al mismo tiempo, en punto para elevar la copa y saludarnos... con el viento llegará ese ruido a carcajada de año nuevo...
Y te espero.... mientras sigo bailando el mismo tema... y contando tejas baldosas por donde quiera que voy...
Y allá... lejano en el principio de mi viaje diario... el césped verde, radiante, se burla de que ya pasé... y no ví con detenimiento, que al fondo del paisaje que habito... hay una pequeña señal que me habla todo el tiempo...
Mírala... allí quietita... la espera de todas las personas, el punto justo donde todo el mundo debe sentarse y no hacer nada... pero el mismo secreto, la misma mirada... cada vez que pasa otro viaje por mi lado a pesar de que lo emprendí hace tiempo: Y ese día, mi vestido color lavanda y los zapatos grises explicaban, q evidentemente no tenía tiempo para decidir... y tomando la misma ropa de las últimas dos salidas, me delinée los ojos y partí... eran tiempos en que no volaba en dos ruedas cada mañana... eran tiempos en que mi cabeza no estaba llena de palabras... que dicen todo el tiempo... ¡vamos que podemos!.

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